La forma en que se desarrolla una conversación sobre asuntos complicados, como el divorcio de los padres, una enfermedad grave, el cambio de casa, o la muerte de un familiar, entre otros, influye directamente sobre la respuesta de los niños, sobre el significado que le darán y sobre el comportamiento que manifiesten luego.
Una forma respetuosa de abordar estos temas podría ser:
1. Comunicar el mensaje real y concreto, como un titular. Ej. “Nos vamos a divorciar” o “Hemos decidido cambiarnos de casa”, o “mamá está muy enferma”
2. Dar espacio a que el niño o la niña respondan a este mensaje, aceptando y validando sus sentimientos e ideas. Ej. “Entiendo que esto te moleste” . Si no hay una respuesta espontánea, podemos verbalizar la invitación: “Me gustaría saber qué sientes o piensas al respecto”.
3. Comparte tus propios sentimientos con tu hijo o hija, sin incluir la palabra “pero” en tu frase. Ej. “para mí ha sido una decisión muy difícil y me siento muy triste de dejar esta casa”
4. Invita a compartir dudas e inseguridades. Muestra disposición a responder preguntas con honestidad y sin juicios.
5.- Si es posible, invita a proponer ideas para resolver situaciones asocciadas y elijan en conjunto la que sea más respetuosa y útil.
6. Los abrazos sinceros siempre son una instancia de unión y reconciliación.